- X Feria Internacional del Libro
- “El mayor aporte de las ferias es que acercan al escritor con el lector”
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- Clave Digital, 2007-04-21 # Isaías Miguel Ortiz · Santo Domingo
Sin embargo, reconoce que le preocupa que el tema de su novela se persiga con morbo más que con criterios de calidad.
Para usted, ¿cuál es el valor que tienen las ferias del libro?
La importancia de las ferias de libros no se limita a la comercialización de estos sino que su espacio constituye un debate abierto entre escritores, editores, académicos, investigadores, historiadores y, por supuesto, lectores. Pero quizás lo más importante es su utilidad en la promoción de la lectura, cada vez más olvidada o rezagada por el cine, la televisión o Internet.
¿Qué expectativas tiene de
Confieso que prefiero llegar a cada sitio sin mayores expectativas, tal cual ocurre cuando nos maravillamos ante una película de la que nunca nadie nos ha hablado. Ya sabemos que cuando se espera algo siempre cabe la posibilidad de la desilusión, como cuando un amigo pondera en exceso una cinta cuya trama al final nos decepciona.
¿Cuáles otras ferias conoce y qué experiencias positivas recuerda de ellas? ¿Qué aportan desde el punto de vista del escritor y qué desde el punto de vista del público? ¿Qué oportunidades considera que le han abierto a usted como escritor?
He participado en las últimas Ferias del Libro de Bogotá y en algunas de la provincia colombiana, así como en
¿Considera que las condiciones y oportunidades son las mismas para la mayoría de los escritores latinoamericanos? ¿Cuáles son los desafíos más importantes en este tema?
Creo que las condiciones y las oportunidades no están tan sujetas a los escritores como a la calidad de las obras. Si los relatos -llámense novelas, cuentos, crónicas o como quiera-, son buenos, sin duda van a obtener reconocimiento. Mi experiencia es un buen botón de muestra: la novela estuvo lista desde 1998 pero todas las editoriales colombianas se negaron a publicarla aterradas por el tratamiento del tema. Bastó que ganara el Premio Nacional de Novela, en 2002, y que fuera publicada posteriormente por Alfaguara, para que conociera el éxito tanto por parte de la crítica como comercialmente. De ahí a que en estos cuatro años se hayan vendido más de doce ediciones contando las de México y España.
¿Ha encontrado alguna dificultad al promocionar su obra "Al diablo la maldita primavera" en los países latinoamericanos (por los prejuicios culturales) o considera que los pueblos de la región han madurado lo suficiente como para aceptar la realidad de la homosexualidad que plantea en ella?
Los prejuicios sobre el tema homosexual no sólo se desarrollan a partir de posibles vetos sino también por excesiva publicidad. En este sentido, me preocupa que antes que la calidad literaria de relatos donde lo gay es protagonista las obras se lean desde el morbo. Entiendo que el tema produce curiosidad a muchos que se preguntan cómo vivimos los gays, particularmente en lo que toca al tema sexual, pero me sorprende que "Al diablo la maldita primavera" permitió que un tema vedado, un tema privado, se convirtiera en un tema público, un tema del desayuno, pues a partir de su publicación muchas familias aprovecharon para ventilar el asunto.
En cuanto a si ha madurado la sociedad en la aceptación de la homosexualidad, es claro que se ha ganado mucho públicamente, pero no tanto en privado. Las leyes tratan de reivindicar tantos siglos de repudio y dolor, pero por desgracia miedos y odios arcaicos se niegan a tolerar.