Pedro Ramos apuesta por la tolerancia en su debú literario con «Masculino singular»
Si leen su bitácora en Internet encontrarán los domingos cuesta arriba, a su gato Byron, el pop cálido de Montevideo dedicado a su chica, sentimientos en estado puro. Hablo de Pedro A. Ramos, un animador cultural, un encantador de serpientes, un escritor con mayúsculas, como lo definió ayer en la presentación de su primera novela, el gallego Diego Ameixeiras.
Ya está en las librerías Masculino singular, el debú literario de Ramos que edita Edaf en su colección Voz y Tiempo . Momentos antes de la puesta de largo en El Corte Inglés, el autor definió el libro como «lo cotidiano puesto en el papel». Buscó en su trabajo el contraste entre lo frívolo de una presentadora de televisión y la normalidad de un personaje gay. La narración está situada en Madrid, de donde es el artista. «La ciudad es un personaje más. Una lectora me dijo algo muy bonito: leer el libro es como darse un paseo por Madrid». Masculino singular es limpia, de cristal. Le ganó el combate el guionista al escritor sesudo para regocijo de sus lectores. «En otros textos que escribo primo más el fondo sobre la forma. En este libro es la forma la que domina al fondo. Creo que eso la hace muy agradable de leer», aclaró. Entre sus proyectos están un documental con Manuel Darriba, con quien acaba de firmar un largometraje. Pedro A. Ramos es un personaje inquieto, que dirige talleres de escritura en la ciudad y que hace crítica literaria en el suplementos Culturas de
Ameixeiras, que es uno de los grandes de la literatura gallega, dijo que no fue capaz de soltar el libro cuando se puso a leerlo. Afirmó también que no le pierde la amistad con Pedro A. Ramos: «Encantoume. Engancheime. O fío conductor é un escritor desorientado sentimentalmente». Resaltó la fuerza con la que se inicia Masculino singular : «Nótase a man do guionista, do escritor de diálogos». «O libro é intelixente. O narrador manexa coma monicreques ás personaxes e disecciona a vida literaria e a televisiva», añadió el presentador, quien aludió a la pincelada poética de describir una relación entre dos personajes como la que tienen una ola y una playa. Ramos cerró su acto con un canto a la tolerancia, «nos haría más felices». También aplaudió la presencia en la sala de tanto talento entre bailarinas y diseñadores.
