2006/10/27

> Saiakera: "GAYS Y LESBIANAS. VIDA Y CULTURA" > LA ENCICLOPEDIA ROSA

  • La enciclopedia rosa
  • Aparece, en castellano, el exhaustivo estudio 'Gays y lesbianas' coordinado por Robert Aldrich
  • El Diario Vasco, 2006-10-27 # M.L.
Es la Wikipedia rosa, la gran enciclopedia del mundo homosexual». Así se refiere Urbano Hidalgo, subdirector de la revista Zero a Gays y lesbianas. Vida y cultura. Un legado universal, un exhaustivo estudio de casi cuatrocientas páginas y profundamente ilustrado sobre la historia y la realidad de los homosexuales en el mundo. El sello donostiarra Nerea lo publica en español al tiempo que aparece en el ámbito anglosajón.

Ha sido coordinado por Robert Aldrich, catedrático de Historia Europea de la Universidad de Sidney, autor de varios estudios y ensayos sobre la realidad de los homosexuales y coordinador de trabajos colectivos como Quién es quién en el mundo y la historia gay y homosexual.

El libro coordinado por Aldrich recorre en efecto la historia de las mujeres y hombres deseosos de la intimidad física y emocional con personas de su mismo sexo.

Una historia consustancial al ser humano, por lo común maltratada pero merecedora hoy de una asombrosa proliferación de estudios, de nuevas y distintas vías de investigación que cuestionan viejos supuestos.

"Gays y lesbianas. Vida y cultura" recoge estas investigaciones y conforma un amplío fresco en el que historiadores de nueve países analizan las relaciones entre personas del mismo sexo a lo largo de los siglos, reflejando según sus editores «el cambio de actitudes experimentado con respecto a la homosexualidad y la paulatina aparición del concepto de autoidentidad».

2006/10/18

> Berria: Sariak > EL FEMINISMO DE CELIA AMOROS GANA EL PREMIO NACIONAL DE ENSAYO

  • El feminismo de Celia Amorós gana el Premio Nacional de Ensayo
  • La autora logra el galardón por su obra 'La gran diferencia y sus pequeñas consecuencias...'
  • El País, 2006-10-18 # Andrea Aguilar · Madrid

Firme partidaria y reputada teórica de la igualdad de género, la catedrática Celia Amorós (Valencia, 1944) es la primera mujer distinguida con el Premio Nacional de Ensayo. La investigadora y profesora, una de las grandes teóricas del feminismo en España, obtuvo ayer el galardón por su última obra, La gran diferencia y sus pequeñas consecuencias... para las luchas de las mujeres. En ella reflexiona acerca del poder, la individualidad, la igualdad y la diferencia.

Igualdad frente a diferencia. En esta batalla ha trabajado durante cerca de tres décadas la catedrática de Filosofía Moral y Política de la UNED, Celia Amorós. Ayer, su libro La gran diferencia y sus pequeñas consecuencias... para las luchas de las mujeres, coeditado por Cátedra, el Instituto de la Mujer y la Universitat de València, fue distinguido con el Premio Nacional de Ensayo 2006. "Esto supone una legitimación de la línea teórica de investigación ligada al movimiento feminista. Un movimiento que viene produciendo teoría desde hace mucho tiempo, y que ha sido ignorado durante años", explicaba. El jurado -integrado, entre otros, por el ganador de la pasada edición, José Luis Pardo; Victoria Camps y Amelia Valcárcel- falló el premio, dotado con 15.000 euros y otorgado por el Ministerio de Cultura, ayer por la mañana.

Amorós, autora, entre otras obras, de Hacia una crítica de la razón patriarcal (1985) y Feminismo y filosofía (2000), se planteó este trabajo como un "ajuste de cuentas teóricas". En él compiló artículos dispersos en revistas, que resumían sus estudios desde los años ochenta hasta la actualidad. "El libro tiene continuidad porque soy suficientemente obsesiva como para que lo tenga", bromeó. Al abordar este proyecto hace un par de años, ella decidió articularlo en torno a algunos de los temas clave en su pensamiento. Con este libro se propuso seguir su propia "progresión teórica" y profundizar en "la vena polémica y crítica del pensamiento de la diferencia sexual".

Amorós, defensora del feminismo de la igualdad que tiene sus raíces en la Ilustración, se sitúa frente a la línea que apuesta por "enfatizar la identidad femenina". Ella critica a fondo estos planteamientos: "Discuto sus presupuestos teóricos y pienso que pueden tener graves consecuencias en la vida de las mujeres".

Para afrontar esta pelea de ideas ella se armó con "los instrumentos teóricos de la segunda época de Sartre", un filósofo fundamental en la obra de esta investigadora del Centro de Estudios de Género del Instituto Universitario.

"Este libro supuso la clausura de un debate que me ha preocupado durante años" afirma Amorós, actualmente inmersa en nuevos proyectos relacionados con el feminismo y la globalización. "La culturalidad sólo se centra de modo pertinente desde presupuestos feministas y el tema de la globalización debe ser abordado desde la inserción de las mujeres. El feminismo es una teoría cada vez más potente y necesaria para abordar este mundo tremendamente complejo", concluyó.

2006/10/17

> Elkarrizketa: STEPHANIE COONTZ > "LA MAYORIA DE LAS SOCIEDADES FUERON HOSTILES AL MATRIMONIO POR AMOR"

  • Stephanie Coontz · Socióloga
  • «La mayoría de las sociedades fueron hostiles al matrimonio por amor»
  • El matrimonio se ha convertido en una relación personal más fuerte y, a la vez, en una institución más débil, sostiene la socióloga Stephanie Coontz
  • El Diario Vasco, 2006-10-17 # Pilar Quijada
Stephanie Coontz, historiadora, socióloga y profesora de estudios familiares en Washington, cuenta en su libro Historia del matrimonio (Gedisa), cómo el amor ha conseguido conquistar el matrimonio, surgido inicialmente como un contrato o alianza entre grupos (clanes, familias y linajes), más que entre una pareja. Y curiosamente uno de los golpes más duros que ha recibido fue la «revolucionaria» idea de casarse por amor, que se impuso en el siglo XVIII.

- ¿Cómo surgió la idea de escribir este libro?

- Desde hace tiempo he venido estudiando la historia de la familia y los mitos que mantenemos sobre su pasado. Por ejemplo, la gente a menudo dice que el matrimonio tradicional es entre un hombre y una mujer. Pero de hecho el matrimonio preferido a lo largo de la historia ha sido entre un hombre y varias mujeres. Por eso pensé que sería interesante mostrar que ha habido muchas clases diferentes de matrimonios. Cuando profundicé en mis investigaciones, me di cuenta de que hay muchas cosas totalmente nuevas. De hecho, creo que el matrimonio ha cambiado más en los últimos 35 años que en los anteriores 3.500. Yo creo que el matrimonio se ha convertido en una relación personal mucho más fuerte que en el pasado, pero también en una institución más débil como consecuencia del mismo proceso. Las mismas cosas que lo han convertido en una relación más justa, plena e íntima que en cualquier otro momento de la historia le han hecho más frágil, haciendo que sea una opción más, lo que hace muy difícil que la gente lo acepte cuando no cubre todas sus expectativas.

- ¿Qué es lo que más le ha sorprendido respecto a la evolución del matrimonio?

- La mayor sorpresa fue comprobar lo radical y desestabilizante que fue la idea de casarse por amor. En el pasado muchos matrimonios estaban basados en el interés. Pero me sorprendió lo hostiles que fueron la mayoría de las sociedades a la idea del matrimonio por amor y compañerismo. Se consideraba una amenaza para el orden social tanto por las clases medias y bajas como por las dominantes. El matrimonio era entonces una forma de organizar el trabajo y el derecho a la propiedad, así como una forma de confirmar el poder del hombre sobre la mujer. Cuando comenzó a extenderse entre los jóvenes la idea de elegir a su pareja libremente, por amor y respeto mutuos, los más conservadores pensaban que traería consigo la anarquía. ¿Cómo podrían los padres y la comunidad impedir que la gente joven se equivocara al casarse? ¿Cómo podrían impedir que las parejas infelices se divorciaran? Y lo que es peor, si el matrimonio se basaba en el amor, ¿cómo se sostendría el dominio de los maridos sobre sus esposas? Temían que el amor supusiera la muerte del matrimonio, y en parte tenían algo de razón. Pero durante 150 años el peligro que veían en el amor se controló con la escasa consideración que se tenía a los hijos ilegítimos, la ausencia de un control de la natalidad fiable y la dependencia económica y legal de las mujeres.

- Según explica en su libro, todas las formas de matrimonio, incluso las que han despertado más polémica, ya existieron a lo largo de la historia. ¿Nos queda algo por «inventar» respecto a esta institución? ¿Cómo cree que evolucionará la relación de pareja?

- Lo único realmente nuevo es el hecho de que muchas mujeres tienen hoy el derecho legal y la independencia económica para rechazar casarse si no encuentran un compañero adecuado o para dejar a su pareja cuando se sienten infelices, porque hombres y mujeres llegan al matrimonio con los mismos derechos. Los viejos hábitos y expectativas han de cambiar para que el matrimonio funcione. Hombres y mujeres necesitan ser mejores amigos que en el pasado y también han de tener habilidades de negociación que hasta ahora no eran necesarias porque el hombre tenía todo el control en el matrimonio.

- Por lo que dice, a medida que la mujer va ganando protagonismo en la sociedad, el modelo de matrimonio va cambiando y en consecuencia cambia el estilo de familia tradicional...

- Sí, porque las mujeres pueden retrasar el matrimonio y controlar su fertilidad de una manera que no era posible en el pasado. Muchas mujeres están incluso mucho más comprometidas en su propia educación y en su trabajo. En todo el mundo la tasa de natalidad está cayendo y la edad a la que se contrae matrimonio está aumentando. Irónicamente, en los países donde el hombre sigue siendo más tradicional, las mujeres son mucho más reacias a casarse. Las mujeres pueden optar por tener hijos sin marido o incluso por no tener descendencia. Si queremos que la gente se case no podemos forzarlos a volver a los matrimonios tradicionales.

- ¿Qué papel ha desempeñado la Iglesia católica respecto a la instauración del matrimonio?

- La Iglesia católica fue muy ambivalente acerca del matrimonio en los primeros años. Durante los diez primeros siglos del cristianismo, los líderes religiosos pensaban que el celibato era preferible al matrimonio, la virginidad estaba mejor considerada que la viudedad, y ésta a su vez mejor vista que el matrimonio. El Papa Gregorio el Grande opinaba que aunque el matrimonio no era técnicamente pecaminoso, no estaba libre de reproches. De hecho, hasta 1215 el matrimonio no se consideró un sacramento. La Iglesia primitiva tampoco cuidaba mucho si la gente se casaba en la iglesia o con la bendición de un sacerdote. Aunque ésa era la forma preferida y se convirtió en necesaria para que la realeza pudiera presentar a sus hijos como legítimos, la Iglesia sostenía que si una pareja se hacía promesa de matrimonio, independientemente del lugar donde lo hicieran y si había o no testigos, estaban casados. Esto permitió que algunos jóvenes rechazaran los matrimonios concertados por sus padres alegando que ya estaban casados. Aunque la Iglesia católica era más tolerante con el matrimonio por amor que los antiguos protestantes, en ambos ritos se enfatizaba el deber de las esposas de obedecer a sus maridos y el de los jóvenes a respetar los deseos de sus padres.

2006/10/16

> Saiakera: "BISEXUALIDADES. ENTRE LA HOMOSEXUALIDAD Y LA HETEROSEXUALIDAD", DE RINNA RIESENFELD

  • Bisexuales salen dos veces del clóset: Rinna Riesenfeld
  • Con el objeto de comprender la bisexualidad y brindar apoyo a todas las personas interesadas en el tema, Rinna Riesenfeld Robinson escribió “Bisexualidades. Entre la homosexualidad y la heterosexualidad”, el primer libro en su tipo escrito en español.
  • Anodis, 2006-10-16 # Yara Gracida Del Cueto
Pese a su existencia desde tiempos remotos, la bisexualidad es un tema que recientemente se hapuesto a discusión en nuestra sociedad. No existen escritos especializados sobre ella, lo quegenera mitos y desinformación incluso por parte de los especialistas en sexualidad.

Rinna Riesenfeld, autora de “Bisexualidades”, explicó que la gente bisexual tiene que salir doblemente del clóset: una en la heterosexualidad y otra en la homosexualidad, con el riesgo de que termine la relación afectiva, hecho que como dijo, no ocurre con otras parejas (el tener que explicar la orientación)”, detalló la especialista.

“El libro está conformado de manera que se vaya avanzando a través de lo que es y no es labisexualidad, verla desde el punto de vista de diversas culturas y de diferentes momentos históricos para hacer ver que en algún momento ha sido aceptada, en otros reprimida y que no es algo nuevo”, reveló la sexóloga.

Riesenfeld señaló que la gente bisexual ha sido discriminada por heterosexuales, e incluso porhomosexuales al tratar de incluirlos en una u otra orientación, cuando no están “en” sino “entre”.“Cuando se encuentran en ambientes homosexuales, no son aceptados, por ello tratan de ocultar su homosexualidad; al pasar a un ambiente heterosexual, se les considera homosexuales”, especificó.

Para la especialista, la definición de bisexualidad abarca, desde las fantasías con personas del sexo opuesto a la pareja, hasta las relaciones con personas de ambos sexos, no necesariamente almismo tiempo. Asimismo aclara que existen distintas bisexualidades, es decir, diferentes tiposde vivir esta orientación.

“La minoría bisexual es la que mantiene relaciones erótico-afectivas con un hombre y unamujer a la vez; hay bisexuales monógamos, otros tienen relaciones abiertas; están los que hantenido experiencias sólo una vez; hay quienes desde jóvenes se dieron cuenta de su orientación,o aquellos que la descubre más tarde”, expuso.

La aceptación de la bisexualidad propia, de la pareja elegida es, a un nivel social, mucho más difícil que para otras orientaciones ya que “la sociedad tiene un problema con los puntos intermedios, no los acepta, falta educación, un respeto frente al tema ¿qué importa la pareja elegida?, un cosa son los pactos que se hagan al interior de la relación de pareja y otra la orientación y la gente lo confunde”.

La sexólogo aborda en la publicación el tema de la pareja bisexual, punto en el que también se habla respecto a los diferentes tipos de pareja (heterosexual: cuando uno de los integrantes es bisexual, cuando lo son ambos; homosexual: cuando uno de los integrantes es bisexual y cuando lo son ambos) y acerca de la atracción, independientemente de la orientación.

Rinna comentó que el libro no sólo se encuentra escrito para las personas que deseen informarse sobre dicha orientación, sino también para terapeutas, ya que “muchos de ellos no tienen información acerca del tema y a veces hacen más daño al tratar de ayudar”, mencionó.

Para la también terapeuta, socia y codirectora de la librería especializada en educación y cultura de la sexualidad “El Armario Abierto”, la falta de información y valores generan violencia, misma que dijo, nadie la cuestiona, aún cuando “nos atañe y nos daña como sociedad en casi de cuestionar el amor de pareja”, aseguró.

“Bisexualidades. Entre la homosexualidad y la heterosexualidad”, está dirigido a todas aquellas personas interesadas en el tema: bisexuales, sus parejas, a padres cuyos hijos se asuman como tales, a hijos cuyos padres salen del clóset, a todas las personas que conozcan a alguien que se asume con dicha orientación; a terapeutas y curiosos del tema.
  • “Bisexualidades. Entre la homosexualidad y la heterosexualidad”. Ed. Paidós.

2006/10/08

> Saiakera: "GAYS Y LESBIANAS. VIDA Y CULTURA", A CARGO DE ROBERT ALDRICH

  • Gays y lesbianas en la historia
  • Historiadores de nueve países analizan las relaciones entre personas del mismo sexo a lo largo de los siglos
  • Trece historiadores de nueve países diferentes, bajo la dirección de Robert Aldrich, han colaborado en esta obra que muestra una visión general de la historia de la que ha surgido la rica y variada cultura gay y lésbica actual.
  • El País, Domingo gehigarria, 2006-10-08 # Varios autores
En el verano de 1969 se formó en Nueva York una organización política llamada Gay Liberation Front (GLF, Frente de Liberación Gay) como resultado de un encuentro entre la vida gay y la cultura política radical de la Nueva Izquierda. A finales de junio del mismo año, una redada policial en Stonewall Inn, un bar de copas de Nueva York, había desatado una revuelta encabezada por travestidos que duró varios días, un hecho sin precedentes en la historia gay. Sin embargo, el incidente se inscribe dentro del contexto general de enfrentamientos entre la policía y los radicales emergentes, tales como los Black Panthers (Panteras Negras), las activistas feministas y los pacifistas, que aparecían con relativa frecuencia.

El Frente de Liberación Gay se había creado unas semanas después de los acontecimientos de Stonewall, y al estar influido por los principios y el discurso de otras formas de radicalismo, proporcionó un medio de expresión a una nueva generación que rechazaba la política y el orden social de la posguerra y que estaba dispuesta a echarse a la calle para manifestar su descontento (como había ocurrido un año antes en París y en muchas ciudades estadounidenses). Los movimientos juveniles buscaban la autenticidad, la sensualidad y la vida en común, y se rebelaban contra lo que consideraban marginación social producida por una sociedad burocrática y consumista. Estos hombres y mujeres jóvenes se negaron también a que la familia nuclear, con las funciones que acarreaba y la sumisión a la autoridad que encarnaba, los maniatara por la fuerza.

La experiencia compartida de varias sociedades occidentales con respecto a los importantes cambios culturales en curso y a la agitación política del momento explica en parte la rapidez con la que adoptaron el modelo que ofreció el Frente de Liberación Gay. En Gran Bretaña, unos jóvenes que habían formado parte del movimiento hippy americano, de los Panteras Negras y de la Gay Activist Alliance (Alianza de Activistas Gays) formaron en octubre de 1970 una asociación a la que pusieron el mismo nombre. En ese mismo año se estableció en París el Front Homosexuel d'Action Révolutionnaire (FHAR); en agosto de 1971 se creó el Homosexuelle Aktion Westberlin alemán, y unos meses más tarde apareció en Italia el Fronte Unitario Omosessuale Rivoluzionario Italiano (su acrónimo FUORI significa también fuera). Organizaciones similares fueron creadas en Canadá, Australia y otros países europeos.

La situación alemana constituye un buen ejemplo del clima general presente en aquellos tiempos. En 1970, Rosa von Praunheim (nombre que utilizaba cuando se vestía de mujer), desconocedor de los movimientos de la época en Estados Unidos, hizo una película cuya censura desencadenó la formación del movimiento de derechos gay de la región. Nicht der Homosexuelle ist Pervers, sondern die Situation in der er lebt (No es malsano el homosexual, sino la situación en la que se le obliga a vivir) es la historia de un hombre joven de provincias que se muda a Berlín y se abre camino a través de la subcultura gay, conociendo a numerosos personajes presentados de forma negativa y afectados adversamente por las circunstancias en las que les toca vivir (los actos homosexuales siguieron siendo ilegales según el párrafo 175 del Código Penal alemán, y la homosexualidad, objeto de desaprobación generalizada). Al final, el protagonista encuentra su liberación personal en una comuna gay, cuyos miembros le enseñan a admitir públicamente su propia homosexualidad y a entender que el verdadero problema no está en sus tendencias sexuales, sino en la homofobia que se consiente socialmente.

Tema clave
La liberación se convirtió en un tema clave de estos movimientos, pues implicaba una determinada visión de la naturaleza, examinaba las causas de la homofobia, esgrimía los argumentos que había que utilizar en su contra y los medios por los que se podía combatir. Mientras que los homófilos eran partidarios de un enfoque integracionista, los frentes de liberación gay adoptaban una perspectiva política muy diferente, basada en el análisis integral de las estructuras políticas, económicas, sociales y culturales, enormemente influida por el marxismo y la crítica marxista del psicoanálisis. Las causas de la homofobia eran inherentes a la clase media y a la ética capitalista: el racismo, el imperialismo y la represión sexual eran expresiones e instrumentos de explotación que se utilizaban contra un grupo social. Por consiguiente, para la lucha se consideraron esenciales las alianzas con otros grupos oprimidos (la clase trabajadora, la mujer y las minorías étnicas). Si el sistema completo (la clase dirigente) era la raíz de la opresión, los homosexuales no podían alcanzar la liberación reclamando su propio espacio; de hecho, las zonas de tolerancia creadas en algunas ciudades provocaron críticas, pues se consideraron guetos que debían abrirse y liberarse. En cambio, el objetivo de los liberacionistas gays fue el de transformar el conjunto de la sociedad.

Aunque había diferencias entre los movimientos que buscaban ante todo un tipo de transformación cultural (como sucedía en Estados Unidos) y aquellos para los que era más fuerte la tradición revolucionaria (como en Francia y Alemania), todos compartían un principio básico: "Es demasiado tarde para el liberalismo" -es decir, era demasiado tarde para esperar la inserción en la sociedad a través de peticiones educadas de reforma.

El orden liberal y de clase media se enfrentó, por tanto, al desafío de uno de sus preceptos más esenciales: la distinción entre lo público y lo privado. El eslogan "lo personal es político" expresaba confianza en la capacidad transformadora de manifestar en público el auténtico y privado ser de uno mismo; entre los homosexuales, esto significaba revelarse abiertamente, destaparse. Para las generaciones anteriores, la expresión había tenido el significado de darse a conocer a otros homosexuales dentro de una esfera pública alternativa, y, sin embargo, ahora condensaba la necesidad de afirmar la propia identidad en la esfera pública oficial, negando así una diferencia que existía entre los papeles público y privado. "La locura del armario debe terminar", escribió el activista Carl Wittman en su Gay Manifesto (1969): el armario era un emblema de opresión, una interiorización de la homofobia que sólo se podía derrumbar si uno se destapaba y declaraba su postura.

Para los liberacionistas gays, el acto sexual en sí era revolucionario: según Guy Hokquenghem, filósofo francés y uno de los líderes del FHAR, el patriarcado se fundó en el contraste entre el poder público del falo y la privatización del ano. Por tanto, liberar el ano a través de la sexualidad masculina era socavar los fundamentos de las relaciones sociales patriarcales. Para el escritor y activista Mario Mieli, los gays desafiaban los mismos conceptos de heterosexualidad y masculinidad al travestirse y ser penetrados, y contribuían así a la liberación de la raza humana. Para el científico político australiano Dennis Altman, la sexualidad gay masculina ofrecía la posibilidad de existencia de nuevas configuraciones de relaciones sociales. La ideología y el estilo de la liberación gay llegó a ser provocativo, efusivo y en ocasiones gracioso: "Ponerse maquillaje es un estilo de vida", gritaban los gazolines franceses, un grupo situacionista unido estrechamente al FHAR y a los herederos de los folles, estigmatizados diez años antes por Baudry y los homófilos franceses. Y añadían: "Montaremos las próximas barricadas vestidos de traje de noche".

Actividades públicas
Las actividades públicas de los liberacionistas gays eran provocadoras en sí mismas y constituían una ruptura con respecto a la práctica anterior. Un ejemplo de ello es la primera aparición pública importante del recién formado FUORI, que se celebró en abril de 1972 en San Remo, en una conferencia del Centro Italiano de Sexología, dedicado a las causas de la homosexualidad y a las terapias para vencerla. Entre sus insignes invitados se encontraba el psiquiatra británico Philip Feldmann, defensor de la terapia de aversión mediante el tratamiento de descargas eléctricas. Fuera del edificio protestaron cuarenta manifestantes, mientras que dentro, algunos activistas solicitaron dirigirse a la asamblea. Ante unos asistentes estupefactos, el presidente de FUORI, Angelo Pezzana, comenzó declarando: "Soy homosexual y estoy feliz de serlo".

El auge de los movimientos de liberación gay finalizó al cabo de unos años, al desaparecer el radicalismo político a partir de la segunda mitad de los años setenta. La convicción que tenían al principio de que la revolución era inminente (una revolución en la que los gays y las lesbianas solamente tendrían que subirse al tren) fue perdiendo fuerza. Además, los movimientos gays se enfrentaron a serios problemas de organización en todos los lugares y, sobre todo, tropezaron con el problema de definir su propia identidad. Ésta había sido un factor esencial en el funcionamiento de la lucha contra la opresión, y aglutinador de cara a la movilización colectiva. Sin embargo, aunque el reclamo de esa identidad dio vigor durante muchos años a las fuerzas que luchaban por el cambio, también propició la disolución de alianzas incómodas e impulsó su fragmentación en programas cada vez más específicos. Esto se manifestó de forma patente, por ejemplo, en Estados Unidos, donde los homosexuales afroamericanos creían que el movimiento no ofrecía lo suficiente a aquellos individuos oprimidos no sólo por su sexualidad, sino también por el color de la piel. En casi todos los lugares, las lesbianas se mostraron descontentas por ser apartadas de la mayoría de los grupos feministas y, a la vez, desilusionadas por el movimiento gay misógino y centralizado. La decepción dio lugar a la necesidad de nuevas teorías del lesbianismo, a la aparición de la lesbiana feminista, e incluso contribuyó a la idea del separatismo lésbico.

El declive de los movimientos de liberación gay llevó a su desintegración en una multiplicidad de ideologías, grupos y tendencias. No obstante, los liberacionistas hicieron hincapié en la salida del armario y en la destrucción de la barrera entre el yo privado y el yo público como parte de la lucha contra la homofobia. Como tal, su legado reflejó cambios generales que habían tenido lugar en la vida de gays y lesbianas, cambios que garantizaron que los objetivos y métodos de los movimientos de liberación gay de los años setenta fueran profundamente distintos de los movimientos homófilos de los años cincuenta.

El menor entusiasmo por el cambio político, hasta entonces característico de la liberación gay, había dejado el campo abierto para otro tipo de militancia: la de los llamados grupos activistas. Aunque ya existían en algunos lugares en los vertiginosos días del radicalismo de la década de 1970, los grupos activistas se multiplicaron considerablemente en los años posteriores. El más importante, la Alianza de Activistas Gays, se creó cuando un grupo disidente se separó del Frente de Liberación Gay. Su programa político, al igual que el de otras organizaciones semejantes, era bastante extenso: cambios en la legislación de los derechos civiles (incluida la despenalización de los actos homosexuales en los países donde todavía seguían siendo ilegales) y fomento de un trato más favorable de los homosexuales en los medios de comunicación. Hacían también especial énfasis en la salida del armario y en el lenguaje del orgullo y la autoafirmación, con ocasionales participaciones en protestas rebeldes y furiosas.

Sin embargo, los activistas gays se diferenciaban claramente del movimiento de liberación gay en al menos dos aspectos. En primer lugar, el programa de los activistas se centraba exclusivamente en los gays y lesbianas, más que en un intento de provocar una revolución social y política total. En segundo lugar, las organizaciones estaban bien estructuradas según unas líneas más tradicionales (en vez de ser frentes, colectivos y otras alianzas vagas), y sabían cómo relacionarse con el sistema político de manera eficaz -algo fundamental-, estableciendo grupos de presión que se implicaban en las campañas electorales, influyendo sobre determinadas causas, reclutando miembros y utilizando los medios de comunicación para promover sus fines. Los grupos de activistas perseguían también a otras instituciones, como las asociaciones profesionales, que consideraban partícipes de la opresión, consiguiendo resultados significativos: por ejemplo, en Estados Unidos, los activistas alcanzaron una importante victoria en 1973, cuando la Asociación Psiquiátrica Americana borró la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales, y cuando dos años después lograron convencer a la Comisión de Administración Pública estadounidense de que eliminara la prohibición de contratar a trabajadores federales gays y lesbianas, en vigor desde la década de 1950. (...)

Homofobia
A pesar de los avances logrados en los años sesenta y setenta -al menos en algunos países-, el movimiento por los derechos gays no ha acabado con los prejuicios antihomosexuales ni ha modificado la cultura heterosexual dominante. Los cambios en la legislación civil y penal de ciertos países pueden haber conducido a una discriminación menos oficial, pero como realidad social persiste. Desde finales de la década de 1960 se han abolido las leyes penales contra los varones homosexuales en Gran Bretaña, Alemania, los Países Bajos, Francia, España y otros muchos Estados europeos. La Unión Europea, por su parte, ha prohibido la legislación antihomosexual y respalda las políticas contrarias a la discriminación en los lugares de trabajo. No obstante, incluso en los Países Bajos, cuya sociedad está considerada por muchos como la más tolerante del mundo, siguen estando extendidas las actitudes antihomosexuales y la violencia homófoba. A pesar de que las nuevas generaciones han crecido en una cultura respetuosa con la homosexualidad y la heterosexualidad, muchos jóvenes (principalmente varones) albergan todavía prejuicios contra los homosexuales y actúan en consecuencia, perpetrando desde el asesinato hasta formas más encubiertas de acoso, por ejemplo, en círculos políticos e intelectuales. (...)

A comienzos del año 2004 fue noticia en toda Francia la mutilación de un gay en su jardín a manos de unos jóvenes, lo cual dejó clara la necesidad de fomentar la igualdad de derechos tales como el matrimonio para acabar con esa discriminación. No hay datos fidedignos sobre este tipo de sucesos, pero en todo caso parece que los gays se enfrentan a altos niveles de acoso verbal y físico. En los patios de los colegios siguen oyéndose con frecuencia insultos contra los homosexuales, y la discriminación, ya sea explícita o implícita, persiste en las familias, en los lugares de trabajo y en los ámbitos de la sanidad y el ocio. Se les niegan los ascensos en el trabajo y se discrimina o desatiende a sus compañeros, al tiempo que muchas regulaciones referidas a la vivienda, la sanidad, los seguros o las pensiones no abarcan a los homosexuales o a sus parejas. En el ámbito laboral, los homosexuales han de hacer frente a un techo de cristal semejante al que sufren las mujeres, y los tópicos heterosexistas de la sociedad (los gays y las lesbianas son considerados heterosexuales hasta que se demuestre lo contrario) plantean un problema persistente. (...)


Desde la década de 1960, los países europeos han ido despenalizando la homosexualidad, y en la actualidad ya ningún Estado la prohíbe explícitamente. También se ha despenalizado en países como Australia y Suráfrica. En 1989, el Tribunal Supremo de Estados Unidos decidió mantener las leyes antisodomíticas, en medio de grandes protestas. En 2003, sin embargo, anuló la decisión anterior en una resolución que marcó todo un hito al declarar inconstitucional la penalización de los actos homosexuales.


Gays y lesbianas. Vida y cultura. Editorial Nerea
Desde la Grecia y Roma clásicas hasta las actuales cuestiones de los derechos gays, el sida y los matrimonios civiles, el libro se adentra además en otras culturas no occidentales y descubre la variedad de relaciones entre personas del mismo sexo documentada a lo largo de la historia y en todo el mundo. De este estudio, que sale el día 17, publicamos un extracto de los capítulos de Domenico Rizzo y Gert Hekma.

2006/10/07

> Liburua: "ATRAPADA EN EL LIMBO", LA NUEVA NOVELA DE SILVIA GRIJALBA

  • 'Atrapada en el limbo', la nueva novela de Silvia Grijalba
  • Terra, 2006-10-07

La periodista y escritora Silvia Grijalba, que en su primera novela, 'Alivio rápido', retrató el microcosmos de las tribus urbanas y de los festivales de música, publica ahora 'Atrapada en el limbo', un thriller en el que se adentra en el mundo de los centros de terapias alternativas.'

Tanto el mundo del rock como el de las terapias alternativas son dos mundos revolucionarios, pero muy sectarios y con muy poca crítica interna. Yo creo que en ambos terrenos hacía falta un poco de sátira', explica, en una entrevista con EFE, Silvia Grijalba.

Nuria, una periodista musical, inmersa en la crisis de los 35, y que, al enterarse de que está embarazada sigue los pasos opuestos a los que se supone que una mujer en su estado ha de tomar, protagoniza 'Atrapada en el limbo', en la que la autora ha intentado 'romper tópicos', no sólo sobre las terapias alternativas sino sobre la maternidad.

Así, el embarazo impulsa a Nuria a tomar decisiones que antes no se había atrevido a tomar, como la de dejar su trabajo fijo y la ciudad en la que vive con su pareja, para refugiarse por algún tiempo en un centro de terapias alternativas en la sierra de Granada que han creado su madre y el actual novio de ésta, una suerte de 'gurú'.

A este centro llega una mujer con un perfil que recuerda a Dolores Vázquez, durante cuatro años acusada del asesinato de la joven malagueña Rocío Wanninkhof hasta que los tribunales determinaron que la imputación no se basaba en ninguna prueba.'

El caso de Dolores Vázquez me llamó mucho la atención porque era muy injusto. Fue acusada, sin indicio alguno, sólo por ser lesbiana y antipática', explica Silvia Grijalba, que, en 'Atrapada en el limbo' cuenta como días después de la llegada de este personaje al centro aparece en sus alrededores una joven asesinada, un crimen que desatará las sospechas entre los inquilinos de la casa y que hará que cada uno de ellos descubra su verdadera personalidad.

'Yo no quería dar lecciones morales, pero sí que los personajes terminaran aprendiendo algo', apunta la escritora que, además, se ha atrevido en su libro a darle la vuelta al tema de las 'lolitas' que frecuentan la literatura para hablar de cómo una mujer, y además embarazada, se 'cuelga' de un jovencito.

'Muchas de mis amigas que han estado embarazadas me han contado cosas sobre el embarazo de las que nunca había oído hablar, porque sólo se habla del embarazo como un estado maravilloso. A mí me han contado otras sensaciones no tan agradables, como algunas que tenían la extraña sensación de tener un alien dentro, o raras, como que, con el desbarajuste hormonal sentían más deseo sexual. Me pareció que podía estar bien hablar de ello, porque muchas mujeres se podían sentir identificadas'.

Silvia Grijalba ha querido que los diálogos de su nueva novela sean 'muy directos', buscando que los lectores los reciban 'como cuando uno escucha una conversación ajena', dentro del estilo realista que la autora cultiva.

No en vano cuenta que sus referentes literarios van desde Galdos y Thomas Mann, a autores contemporáneos como Nick Hornby, autor de 'Alta fidelidad', o el anglopaquistaní Hanif Kureishi, autor de 'El buda en los suburbios', así como 'padres' del nuevo periodismo como Truman Capote o Tom Wolfe.

Silvia Grijalba, periodista especializada en música, disc jockey bajo el pseudónimo de Morgana y autora, además de las biografías de Dire Straits y Depeche Mode, de una columna en el diario El Mundo bajo el título 'Sexo en Madrid', tiene planes para llevar al cine 'Atrapada en el limbo' y para publicar, el próximo mes de diciembre, un libro sobre la movida madrileña que se titulará 'Dios salve a la movida'.

2006/10/05

> Saiakera: "LA NUEVA HOMOSEXUALIDAD", DE MARINA CASTAÑEDA

  • La homosexualidad y el mercado
  • La "normalización" y otras cosas que el dinero puede comprar
  • ¿Qué ha pesado más en la visibilidad —dispar— de la que goza la población homosexual hoy en día?, ¿los años de militancia y activismo o la fuerza del mercado? La influencia de la publicidad y el consumo parece haber transformado la imagen de los gays al grado de "normalizarla". Presentamos en exclusiva un adelanto del libro La nueva homosexualidad, próximo a aparecer bajo el sello de Paidós. Marina Castañeda es autora de los éxitos editoriales La experiencia homosexual y El machismo invisible.
  • Letra S · NotieSe, 2006-10-05 # Marina Castañeda
Cada día aparecen más productos y servicios para la población gay. Una búsqueda rápida en el Internet permite detectar innumerables publicaciones (ya hasta en Nepal existe una revista gay), estaciones de radio y de televisión, guías, directorios, agencias de viaje, negocios gay o gay-friendly (amigable para la gente gay). Esta tendencia ha desempeñado un papel central en la construcción de la nueva homosexualidad.

Para empezar, le otorga a la población gay, dondequiera que esté, una sensación de pertenencia. El viajero gay puede llegar a casi cualquier ciudad importante del mundo y encontrar compañía, lugares de reunión y actividades culturales gay. Puede ir a hoteles, restaurantes, librerías y bares gay. Si necesita apoyo psicológico o legal, existen hotlines que atienden específicamente a personas gay. Todo ello constituye una comunidad global y de fácil acceso.

Ahora bien, esta enorme proliferación de bienes y servicios específicamente dirigidos a la población gay no surgió sólo porque la gente gay los buscara, ni es consecuencia directa de la liberación gay. Se ha dado, antes que nada, porque hay mucho dinero que ganar. Inició en los años ochenta, cuando medios y empresas se dieron cuenta de que existía un nicho de mercado que no había sido explotado. Se empezó a hablar del fuerte ingreso discrecional de los homosexuales, superior en promedio al de los heterosexuales por el hecho de no tener hijos, y de su mayor tiempo libre, por la misma razón.

Desde entonces, muchos estudios han encontrado que los gays en promedio tienen un nivel de estudios superior; tienden más a ser profesionistas o ejecutivos; viajan más al extranjero; acuden a más eventos culturales; comen más en restaurantes; están más pendientes de la moda y gastan más en productos de belleza que sus pares heterosexuales.

Publicidad y "normalización"
Las empresas que dirigen su publicidad a la población gay han transformado poco a poco (y seguramente sin proponérselo) la percepción social de la homosexualidad. En efecto, al utilizar modelos atractivos y juveniles y al reclutar para sus campañas publicitarias a personajes célebres, han dado al traste con las antiguas imágenes de los hombres gay como seres afeminados, solitarios y patéticos, y de las lesbianas como marimachas o solteronas frustradas. En años recientes, los homosexuales han aparecido bajo una óptica enteramente distinta: como gente exitosa y próspera, sumamente creativa y perfectamente integrada a una cultura cosmopolita, a la vanguardia de la moda. La publicidad dirigida a la gente gay ha transformado la imagen que tenía de ellos la sociedad heterosexual; pero también les ha devuelto un nuevo concepto de sí mismos. Veamos ahora algunos elementos de esta nueva imagen.

Puede parecer insignificante, pero el simple hecho de representar en un anuncio a una pareja homosexual, por ejemplo, ha tenido un gran impacto. El que la publicidad mostrara a parejas gay en contextos "normales", paseando a su perro, comprando muebles, cocinando la cena o caminando en la playa, fue una gran innovación en los años noventa. Por primera vez, sugirió que los homosexuales tienen una vida cotidiana como la de cualquier gente y que, lejos de pasar su tiempo libre en bares u orgías, comparten con los heterosexuales pasatiempos e intereses. Esto ayudó a romper el estereotipo hipersexuado de la gente gay, obsesionada con el sexo y siempre al acecho de nuevas conquistas. También sirvió para mostrar que las parejas gay no sólo existen, sino que son lo suficientemente estables como para tener una casa, una cocina, un perro, y una rutina diaria. Todo ello constituyó cierta "heterosexualización" de la homosexualidad, que sin duda contribuyó a su aceptación social.

Ahora bien, muchos de los productos anunciados en la publicidad dirigida a gente gay no tienen nada que ver con la orientación sexual: vodkas exóticos, ropa de marca, relojes finos... Pero, aunque no tengan nada específicamente gay, aprovechan la percepción bastante generalizada de que los homosexuales saben de esas cosas, y que se encuentran en la punta de la moda, el diseño y la decoración; una percepción bien fundada, hasta cierto punto, dados el interés y la aceptación tradicional de los homosexuales en esas profesiones. La imagen del gay sofisticado ha sido hábilmente retomada por la publicidad para vender sus productos no sólo al mercado gay, sino también a hombres y mujeres heterosexuales "de gustos refinados".

El "buen" homosexual
El consumismo ha desempeñado un papel central en la aceptación de la homosexualidad. Pero también ha tenido consecuencias muy desafortunadas. Una de ellas es la trivialización de lo que fue durante mucho tiempo un movimiento contestatario, con una larga historia de lucha y sacrificio. Como en el caso del feminismo, muchos jóvenes de hoy han olvidado que la aceptación actual de la homosexualidad fue precedida por siglos de persecución y sufrimiento, que no pueden borrarse al comprar una playera con los colores del arco iris. Además, el consumismo gay ha generado una imagen distorsionada de los homosexuales, al representarlos como gente privilegiada, blanca y casi siempre masculina. Los homosexuales de bajos recursos, de color, y las lesbianas por lo general han quedado fuera de esta visión idealizada.

El consumismo gay ha impuesto así un modelo del "buen" homosexual: joven, guapo, rico, sensible y sofisticado. Incluso, en las sociedades regidas por el consumismo como los Estados Unidos, ha creado una figura paradójica, para no decir aberrante: la del homosexual heterosexualizado, conformista irreflexivo cuya única aspiración es adoptar el estilo de vida mayoritario. Han quedado atrás los cuestionamientos radicales sobre la estructura patriarcal de la sociedad y la familia, las relaciones de poder en la pareja, los roles de género, la cooptación de las minorías, y todos esos temas que fueron objeto de debates interminables durante los años sesenta y setenta de ese lejano siglo XX.

Identidad y segmentación del mercado
El mercado gay está basado no sólo en productos, sino cada vez más en servicios. A primera vista, uno bien podría preguntarse por qué se requerirían servicios especializados para la población gay, a diferencia del resto de la gente. La respuesta, difícil de entender para muchos heterosexuales, salta a la vista para los homosexuales. Y no se trata meramente de proporcionarles espacios libres de homofobia, como cruceros en donde puedan tomarse de la mano, hoteles en los cuales puedan compartir camas king-size, o cines y teatros donde puedan ver obras con temática gay.

Tampoco se trata sólo de los bares, aunque éstos hayan ocupado un lugar central en la historia reciente de la homosexualidad. Como hemos visto, durante décadas los bares fueron el único lugar de reunión seguro para la población homosexual; pero también han servido como centros de información y apoyo. Para muchos homosexuales hoy adultos, fueron un refugio y casi un segundo hogar en su adolescencia y juventud. En muchos sentidos los bares fueron, y en muchos países siguen siendo, el corazón de la comunidad gay. En los países industrializados, sin embargo, los homosexuales de hoy pueden acudir a muchos otros lugares para socializar, y existen ya innumerables instituciones y empresas que ofrecen todos los apoyos y servicios que puedan necesitar.

Algunos ejemplos. Casi en todas partes, las parejas gay requieren de una asesoría legal especializada, que les ayude a enfrentar los numerosos obstáculos que presenta la legislación respecto de: derechos de herencia y tutela; cuentas bancarias mancomunadas, poderes de firma y derechos de propiedad; el derecho de intervenir y participar en decisiones médicas; el poder nombrar a la pareja como beneficiaria en testamentos y seguros de vida; pensiones de incapacitación, jubilación o viudez; problemas de patria potestad y adopción, etc.

En países como México, cosas tan sencillas como la herencia siguen siendo problemáticas: aun cuando un homosexual haya formalizado un testamento a favor de su pareja, su familia puede impugnarlo y ganar un eventual juicio; la familia de un homosexual enfermo puede impedir a su pareja visitarlo en el hospital; las madres lesbianas pueden perder a sus hijos; los homosexuales pueden perder su empleo, posibilidades de promoción, o incluso su vivienda. Esto sin hablar de la discriminación sistemática que padecen las personas seropositivas, que también requieren de una asesoría legal especializada.

Lo mismo podría decirse de los servicios médicos. Es un hecho cada vez más estudiado que las lesbianas y homosexuales presentan problemas de salud específicos. Los hombres gay en muchos casos están en riesgo de enfermedades de transmisión sexual relacionadas con sus prácticas sexuales; las lesbianas que no han tenido hijos presentan un riesgo mayor de cáncer de mama. Asimismo, los homosexuales requerirán, cada vez más, de servicios sociales para la tercera edad: muchos de ellas no tienen hijos, y necesitarán de apoyos especiales al carecer de parientes para ocuparse de ellas en su vejez.

Vale la pena preguntarse cuál es la función de todos estos servicios y asociaciones gay, en lugares como San Francisco donde los homosexuales ya no tienen por qué esconderse ni aislarse. Es probable que la respuesta tenga más que ver con las dinámicas del capitalismo tardío que con la persistencia de la homofobia. Después de todo, estos servicios han proliferado no en las sociedades todavía homofóbicas, sino en las que presentan mayores derechos, garantías y aceptación social. No se trata ya, por tanto, de una guetización de la población gay sino de una segmentación del mercado, que busca crear nuevos nichos de consumo basados en una identidad minoritaria.

En efecto, en esta etapa los homosexuales se han vuelto una minoría como otras, que mantienen su identidad a través de estilos de vida, actividades y asociaciones propias. Observamos por ejemplo, en Estados Unidos y algunos países europeos, la aparición de coros gay al igual que coros de negros, judíos, mujeres o gente discapacitada. Lo mismo podría decirse de una inmensa gama de clubes, equipos deportivos, estaciones de radio y televisión, revistas. Todo ello puede parecer superfluo —e incluso frívolo— pero esta segmentación ha demostrado ser, hasta ahora, la única manera de preservar una identidad y cultura diferentes de las dominantes.

Asimilación y diferencia
En suma, desde los años noventa los homosexuales han llegado a integrarse, si no a la sociedad en su conjunto, sí a la sociedad de consumo. Ésta ha resultado ser la llave milagrosa: el consumismo gay ha logrado lo que no habían podido ni las marchas ni las leyes, que fue volver la homosexualidad no sólo aceptable, sino atractiva. Vemos así el auge de un estilo de vida y una sensibilidad gay rentables, y eso es determinante hoy día para la supervivencia de cualquier movimiento.

La paradoja no tiene por qué sorprendernos: algo muy similar ha sucedido con el feminismo. Durante mucho tiempo (desde los años sesenta del siglo pasado, si no desde las reflexiones de Virginia Woolf), se debatió sobre la existencia o no de una sensibilidad femenina diferente de la de los hombres. El debate se centró en consideraciones abstractas (basadas en la biología e incluso el psicoanálisis) hasta que la producción literaria, artística y cinematográfica de las mujeres alcanzó una masa crítica. Cuando ya hubo muchas novelas, muchas obras de arte, muchas películas y programas de televisión hechos por mujeres, que además resultaron ser rentables, fue ganando terreno la idea de que sí existe una visión específicamente femenina de la realidad. Mientras sólo hubiera dos o tres grandes creadoras por siglo, no se podía apreciar esta diferencia; pero ahora, en muchos casos, ya podemos distinguir entre películas, obras de arte y libros hechos por mujeres y por hombres.

Algo muy similar ha ocurrido con la producción cultural gay. No se trata sólo de obras dirigidas a la población gay; esta sensibilidad también está logrando influir en la cultura mayoritaria. El enorme éxito artístico y comercial de una película como Las horas, basada en la obra de Virgina Woolf, escrita y dirigida por homosexuales, de la miniserie televisiva Angels in America o la película Brokeback Mountain con su temática específicamente gay, son grandes ejemplos de una percepción diferente de las relaciones humanas y de lo que significan el amor, la pareja, la familia y la amistad. Presentan una idea radicalmente nueva de lo que implica pertenecer, o no, a la sociedad con todas sus instituciones, sus normas y sus esquemas de género y de poder. En este sentido van mucho más allá de una simple temática gay: plantean preguntas, dudas y reflexiones sobre la sociedad en su conjunto, pero desde una sensibilidad muy particular.

Costos de la integración consumista
El principal dilema de esta etapa de transición es, ¿cuál será el precio de la integración social, económica, política y cultural de los homosexuales? El consumismo gay nos permite vislumbrar beneficios indudablemente importantes, como una mayor aceptación social. Pero también tiende a borrar algo, quizá menos tangible, que ha sido desde siempre la base misma de la cultura gay: la diferencia. El consumismo, en términos generales, tiende a promover la homogeneidad porque hace que todo el mundo quiera lo mismo y quiera vivir de la misma manera. Nos ofrece la ilusión de ser todos iguales; nos hace olvidar las distinciones raciales, étnicas, de clase y de género que persisten bajo la superficie vislumbrante de los anuncios comerciales. Pero en realidad exacerba estas diferencias: cuando el dinero se vuelve central en la vida, cuando la publicidad rige los valores de la sociedad, es mucho mejor ser rico, joven y guapo que cualquier otra cosa.

A final de cuentas, debemos preguntarnos qué tan real es una aceptación basada en parte en la publicidad y la rentabilidad. La nueva imagen de la homosexualidad no ha sido suficiente para erradicar la homofobia, que se ha vuelto más radical y virulenta precisamente en un país como los Estados Unidos, cuna histórica tanto de la liberación gay como del más desenfrenado consumismo.

> Liburua: "MARIA ANTONIETA. LA ULTIMA REINA", DE ANTONIA FRASER

  • Edhasa publica 'María Antonieta', de Antonia Fraser, la biografía en que Sofía Coppola se inspiró para su película
  • Terra, 2006-10-05
Edhasa publica el 16 de octubre 'María Antonieta. La última reina', de Antonia Fraser, la biografía en que Sofía Coppola basó el guión de su última película, que se estrena el próximo 3 de noviembre, informa la editorial en un comunicado.

Fraser ofrece una mirada nueva y documentada con diarios de personajes de la época sobre una de las mujeres más incomprendidas de la historia. Hija del emperador Francisco I de Austria, con apenas catorce años fue enviada a Versalles para contraer matrimonio con el futuro rey de Francia, Luis XVI, en lo que en apariencia era una astuta alianza política.

Allí, 'la austríaca' (como la apodaban con sorna los cortesanos) fue tachada de mujer frívola y en exceso aficionada a la política. Pero no es hasta la llegada al trono de su esposo cuando se desatan todo tipo de maledicencias, que inscriben a María Antonieta en los anales de la historia como una mujer caprichosa, dominante (a favor de los intereses austríacos), promiscua y lesbiana. Murió guillotinada en 1793, envuelta en un halo de desprecio generalizado que, paradójicamente, la convirtió en un mito.

Fraser rescata en este libro el lado más humano de la última reina del Antiguo Régimen, quien, al verse desatendida por su esposo, Luis XVI, y condenada por su época (la Francia prerrevolucionaria), antepuso su papel de mujer y madre. El resultado es un retrato de María Antonieta como una de las grandes personalidades femeninas de todos los tiempos, perfectamente enmarcada en su contexto histórico.

Esposa del Premio Nobel Harold Pinter y editora de la prestigiosa colección Kings and Queens of England, Fraser es autora de una amplia biografía de tema histórico en la que abundan las biografías de personajes de primera magnitud.

Autora premiada
Entre los numerosos premios que ha obtenido destacan el James Tait Black Memorial (por 'María Estuardo, reina de los escoceses'), el Premio Wolfson de Historia (por 'The Weaker Vessel: Women's Lot in Seventeenth-Century England') y el St Louis y la Daga de Oro de la CWA en la categoría de ensayo, ambos por 'La conspiración de la pólvora: catolicismo y terror en la Europa de 1605'.

En 1999 fue nombrada Comander of the British Empire y al año siguiente recibía la Medalla Norton Medlicot otorgada por la Historical Association.

2006/10/04

> Liburua: "VIVIR MURIENDO", DE ROSA MARIA LARA, TESTIMONIO DE HOMBRES QUE VIVEN CON VIH-SIDA

  • Presentan libro sobre hombres que viven con VIH/sida
  • En la Facultad de Medicina de Veracruz prevalece el estigma hacia las personas seropositivas
  • NotieSe, 2006-10-04 # Christian Rea Tizcareño, México
“Vivir muriendo. La estigmatización a hombres que tiene sexo con hombres (HSH) seropositivos del puerto de Veracruz” es el título del libro que presentó ayer su autora, Rosa María Lara y Mateos en El Colegio de México (Colmex).

Según la contraportada del libro, “Vivir muriendo más que una investigación es un testimonio conmovedor de la trayectoria que viven algunos jóvenes veracruzanos ante el VIH/sida, y que pretende sensibilizar e informar. Además, es la primera tesis doctoral en antropología médica en México que aborda el tema de la estigmatización a HSH”.

Rosa María Lara y Mateos a lo largo de una década acompañó a ocho varones seropositivos que tenían prácticas homosexuales. Estos testimonios no sólo se quedaron en una tesis doctoral, pues el Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH/sida (Censida), a través de su titular, Jorge Saavedra, aceptó publicar la investigación en coordinación con la asociación civil Colectivo Sol.

La doctora mencionó en entrevista con NotieSe que a pesar de los altos niveles de incidencia de VIH/sida en Veracruz en la población de HSH, nadie se había interesado en abordar el tema.

La razón, aseguró, es porque el grupo de médicos es muy conservador: “En la Facultad de Medicina de Veracruz, los académicos me veían como bicho raro. Para ellos el VIH/sida sigue siendo algo raro, que ya pasó de moda, y ellos (los HSH) se lo buscaron, son los culpables porque llevan una vida desordenada. Tienen la culpa y además se van a morir”.

Además, dijo, “el estigma salpica, porque los demás piensan que por abordar estos temas eres seropositivo o lesbiana, pero a mí eso no me afectó”.

La autora señaló que no todo en el puerto de Veracruz “es placer y alegría”, pues a pesar de que cientos de jóvenes se encuentran afectados por la epidemia, en la región no hay instituciones y asociaciones civiles que luchen por los derechos de este sector de la población. Agregó que en Veracruz los casos de VIH/sida han aumentado debido al estigma y la desinformación que crean una sociedad homofóbica.

Por su parte, Rodrigo Parrini, representante del Censida, aseveró que el libro de Rosa María Lara y Mateos es un acto político porque rompe el silencio y hace visible una realidad a través de un lenguaje sencillo.

En tanto, Rosa María continúa su trabajo de prevención con grupos marginados y planea una investigación sobre sexualidad en niños.

2006/10/01

> Saiakera: "GAYS Y LESBIANAS. VIDA Y CULTURA", A CARGO DE ROBERT ALDRICH

  • Gays y lesbianas, vida y cultura : un legado universal / Robert Aldrich (ed.). – San Sebastián : Nerea, 2006-10. – 384 or. – ISBN 84-96431-19-3

Desde tiempos inmemoriales, en todo el mundo ha habido mujeres y hombres deseosos de intimidad física y emocional con personas de su mismo sexo. La historia de estas personas, durante muchos años olvidada, borrada, ignorada o reescrita, ha pasado a ser recientemente el foco de una asombrosa proliferación de estudios. Se han abierto nuevas y distintas vías de investigación y cuestionado viejos supuestos. Gays y lesbianas. Vida y cultura. Un legado universal se hace eco de estas investigaciones para presentar una sugerente y reveladora reflexión sobre lo que hasta hace poco se podría haber denominado historia secreta. En este amplísimo fresco, historiadores de nueve países analizan las relaciones entre personas del mismo sexo a lo largo de los siglos, reflejando el cambio de actitudes experimentado con respecto a la homosexualidad y la paulatina aparición del concepto de autoidentidad. Desde la Grecia y Roma clásicas hasta las actuales cuestiones de los derechos gays, el sida y las uniones civiles, el libro se adentra además en otras culturas no occidentales y nos descubre la gran variedad de relaciones entre personas del mismo sexo documentada a lo largo de la historia y en todo el mundo. Partiendo de memorias, cartas, archivos y obras artísticas y literarias, se analiza y detalla desde la poesía homoerótica persa hasta las historias de mujeres que se travestían en la Italia del siglo XVIII, y desde las delicias desenfrenadas y hedonistas del Berlín del periodo de entreguerras hasta los conceptos de tercer género en Asia y la Norteamérica nativa. El legado que nos han dejado estos hombres y mujeres ha influido en las actitudes contemporáneas hacia la sexualidad y afecta todavía hoy a la forma de vivir de muchas personas. La presente obra muestra por primera vez una visión general íntegra de la historia de la que ha surgido la rica y variada cultura gay y lésbica actual.